El desarrollo del movimiento sindical Chileno a través de la historia podemos decir que se produjo a raíz de cuatro factores fundamentales, como son: la democratización progresiva de la sociedad chilena, el crecimiento de los partidos de izquierda , el reconocimiento constitucional por parte del Estado del Movimiento Sindical y la creación de una amplia legislación laboral producto de la labor parlamentaria, de la intervención de algunos actores políticos y de la movilización de las masas. Con respecto a esta última debemos obligadamente mencionar que fue el más importante factor y el que a su vez significó mayores costos para la clase trabajadora chilena ya que derivó en el sacrificio de muchos trabajadores y dirigentes que ofrendaron su vida en pos de lograr las conquistas laborales que hoy podemos disfrutar.
Ya en 1903 en Valparaíso con ocasión de la huelga de estibadores de la Pacific Steam Navegation Company se tuvo que lamentar la muerte de más de cien personas participantes de este movimiento, otras 200 víctimas se sumaron dos años después en 1905 en la ciudad de Santiago con motivo de la llamada Huelga de la Carne; el episodio más brutal tuvo lugar el 21 de diciembre de 1907 en la Escuela Santa María de Iquique en el cual hubo cientos de muertos producto de la represión de las autoridades de la época. Lo anterior desembocó en una fuerte depresión del movimiento sindical en Chile por lo cual solo después de diez años, recién el año 1917 se produce un fuerte crecimiento de los sindicatos en Chile y por ende de las huelgas. Es así como hubo 130 de ellas entre 1917 y 1920.
El año 1919, a su vez se crea la división chilena de la International Worken of the World (IWW) aunque de mayor importancia fue la Federación de Obreros de Chile (FOCH), organización mutualista fundada en 1909 que en 1919 alcanzó su mayor impacto bajo la conducción de Luis Emilio Recabarren.
Después de múltiples movimientos y formación de agrupaciones de trabajadores tales como la CTCH (Confederación de Trabajadores de Chile) creada a raíz de la huelga ferroviaria el año 1936. En 1938 los sindicatos más antiguos reconquistan el derecho a huelga perdido durante el gobierno de Ibáñez del Campo, es así que se contabilizan cerca de 202 movimientos y huelgas durante 1938 y 1945 siendo el sector minero en el cual se produce la mayor cantidad de ellos. Pero la CTCH fue perdiendo su hegemonía en representación de los trabajadores ante la pugna política surgida durante el paro general convocado el 30 de enero de 1946 el cual resultó un fracaso y redundó en un quiebre de la izquierda política y la dispersión de los sindicatos de esa época .
En el período 1946-1953 se fundaron numerosas organizaciones sindicales de obreros y empleados. Este lento proceso llevó a la formación de la CUT el año 1953. Anteriormente en 1943 se había fundado la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), en 1944 la Federación de Educadores de Chile (FEDECH), estas y otras organizaciones se reunieron en la Comisión Nacional de Unidad Sindical CNUS el 23 de septiembre de 1952, siendo esta el antecedente orgánico directo de la Central Unitaria de Trabajadores.
En 1955 se produce un paro general del 7 de julio, el cual se constituye en un hito del movimiento sindical. Su génesis se gestó por una campaña organizada por la CUT tendiente a lograr un bono para todos los trabajadores como medio de paliar los efectos de la inflación sobre el poder adquisitivo, esta acción logró convocar a todos los sindicatos, tanto de obreros como de empleados. El paro en si tuvo una solución pacífica a raíz de que las peticiones expresadas en los diversos petitorios se otorgaron vía diálogo de comisiones compuestas por los diferentes actores presentes en el movimiento. En dicha oportunidad se pudo evidenciar a la huelga como un instrumento exclusivo para el logro de reivindicaciones salariales, pero también su uso como elemento catalizador a fin estudiar los márgenes de maniobrabilidad del ejecutivo. El conocimiento de cómo funcionaba el estado y de los problemas de las estructuras globales del país hacen entender a la CUT y a los partidos que apoyaban los movimientos que para la solución de los conflictos era necesario utilizar la política, pero también había que poner en primer lugar el interés de los trabajadores y sus reivindicaciones a fin mejorar su entorno laboral, sus ingresos y la calidad de vida de sus familias.
Desde esos tiempos hasta ahora el movimiento sindical al interior de Correos nacientemente unitario y con un enemigo común, las autoridades impuestas por el régimen de esa época, se ha ido atomizando y perdiendo su capacidad de manejo de los conflictos que afectan directamente a la clase trabajadora. Desde su nacimiento con la formación del Sindicato Nacional de Trabajadores hasta aceptar la coexistencia con otros cuatro sindicatos, tres de ellos netamente estamentarios, hemos sido testigos de grandes conquistas tales como el derecho a negociar colectivamente, hasta el logro de no tan afortunados o magros resultados en otras negociaciones. Pero todo la anterior se refleja en el descontento de los trabajadores que deambulan confundidos entre un sindicato y otro en busca de respuestas a sus mas sentidas aspiraciones. Pero lo realmente cierto es que ninguno de los sindicatos hasta ahora ha podido dar respuesta cabal a las necesidades del trabajador de correos, ni siquiera del estamento que representan, ya que señales equívocas entregadas por todos los que ocupan cargos de dirigentes, unos más otros menos han hecho que exista esta suerte de desconfianza y falta de credibilidad en la real eficacia de su gestión ante las autoridades de la empresa.
Hoy vemos con preocupación como algunos sindicatos han utilizado el precioso tiempo de que disponen solo para sacarle socios al Sindicato Nacional, no mostrando ningún otro logro o conquista real para sus asociados durante los últimos diez meses recién pasados. Ello demuestra una total incapacidad de gestión y reafirma lo que mantenemos, que es el Sindicato Nacional el cual ha hecho el gasto y el esfuerzo en materia de negociaciones y proyectos, y como en este período ha estado un tanto ausente dicha gestión nada sustancial se ha hecho a nivel sindical en este período.
También demuestra la pobreza y mediocridad del medio, en donde brillan los personajes sin capacidad de crear nuevas instancias de logro para los trabajadores, que tal parece solo existen para ocupar un cargo y usufructuar de sus beneficios. Por otros lado, tenemos de contraparte en la Empresa una clase gerencial preparada y dispuesta a sacar su tarea adelante, como es rentabilizar la empresa mostrando cifras azules delante del gobierno. Es allí donde debemos demostrar nuestra capacidad de gestión logrando arrancar a esos logros ese cachito que vaya en beneficio del trabajador de correos, ese que permita mejorar los beneficios o el entorno laboral en que nos desenvolvemos diariamente.
Por ello tenemos confianza en que la lucha que hemos mantenido durante todo este tiempo dará sus frutos el próximo 24 de octubre, y sea quien sea que resulte electo en esta confrontación contará con todo nuestro apoyo y confianza, porque necesitamos, como lo hemos dicho y repetido, recuperar nuestra organización y devolverla al sitial que le corresponde, a la cabeza del movimiento sindical al interior de correos.
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Ya en 1903 en Valparaíso con ocasión de la huelga de estibadores de la Pacific Steam Navegation Company se tuvo que lamentar la muerte de más de cien personas participantes de este movimiento, otras 200 víctimas se sumaron dos años después en 1905 en la ciudad de Santiago con motivo de la llamada Huelga de la Carne; el episodio más brutal tuvo lugar el 21 de diciembre de 1907 en la Escuela Santa María de Iquique en el cual hubo cientos de muertos producto de la represión de las autoridades de la época. Lo anterior desembocó en una fuerte depresión del movimiento sindical en Chile por lo cual solo después de diez años, recién el año 1917 se produce un fuerte crecimiento de los sindicatos en Chile y por ende de las huelgas. Es así como hubo 130 de ellas entre 1917 y 1920.
El año 1919, a su vez se crea la división chilena de la International Worken of the World (IWW) aunque de mayor importancia fue la Federación de Obreros de Chile (FOCH), organización mutualista fundada en 1909 que en 1919 alcanzó su mayor impacto bajo la conducción de Luis Emilio Recabarren.
Después de múltiples movimientos y formación de agrupaciones de trabajadores tales como la CTCH (Confederación de Trabajadores de Chile) creada a raíz de la huelga ferroviaria el año 1936. En 1938 los sindicatos más antiguos reconquistan el derecho a huelga perdido durante el gobierno de Ibáñez del Campo, es así que se contabilizan cerca de 202 movimientos y huelgas durante 1938 y 1945 siendo el sector minero en el cual se produce la mayor cantidad de ellos. Pero la CTCH fue perdiendo su hegemonía en representación de los trabajadores ante la pugna política surgida durante el paro general convocado el 30 de enero de 1946 el cual resultó un fracaso y redundó en un quiebre de la izquierda política y la dispersión de los sindicatos de esa época .
En el período 1946-1953 se fundaron numerosas organizaciones sindicales de obreros y empleados. Este lento proceso llevó a la formación de la CUT el año 1953. Anteriormente en 1943 se había fundado la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), en 1944 la Federación de Educadores de Chile (FEDECH), estas y otras organizaciones se reunieron en la Comisión Nacional de Unidad Sindical CNUS el 23 de septiembre de 1952, siendo esta el antecedente orgánico directo de la Central Unitaria de Trabajadores.
En 1955 se produce un paro general del 7 de julio, el cual se constituye en un hito del movimiento sindical. Su génesis se gestó por una campaña organizada por la CUT tendiente a lograr un bono para todos los trabajadores como medio de paliar los efectos de la inflación sobre el poder adquisitivo, esta acción logró convocar a todos los sindicatos, tanto de obreros como de empleados. El paro en si tuvo una solución pacífica a raíz de que las peticiones expresadas en los diversos petitorios se otorgaron vía diálogo de comisiones compuestas por los diferentes actores presentes en el movimiento. En dicha oportunidad se pudo evidenciar a la huelga como un instrumento exclusivo para el logro de reivindicaciones salariales, pero también su uso como elemento catalizador a fin estudiar los márgenes de maniobrabilidad del ejecutivo. El conocimiento de cómo funcionaba el estado y de los problemas de las estructuras globales del país hacen entender a la CUT y a los partidos que apoyaban los movimientos que para la solución de los conflictos era necesario utilizar la política, pero también había que poner en primer lugar el interés de los trabajadores y sus reivindicaciones a fin mejorar su entorno laboral, sus ingresos y la calidad de vida de sus familias.
Desde esos tiempos hasta ahora el movimiento sindical al interior de Correos nacientemente unitario y con un enemigo común, las autoridades impuestas por el régimen de esa época, se ha ido atomizando y perdiendo su capacidad de manejo de los conflictos que afectan directamente a la clase trabajadora. Desde su nacimiento con la formación del Sindicato Nacional de Trabajadores hasta aceptar la coexistencia con otros cuatro sindicatos, tres de ellos netamente estamentarios, hemos sido testigos de grandes conquistas tales como el derecho a negociar colectivamente, hasta el logro de no tan afortunados o magros resultados en otras negociaciones. Pero todo la anterior se refleja en el descontento de los trabajadores que deambulan confundidos entre un sindicato y otro en busca de respuestas a sus mas sentidas aspiraciones. Pero lo realmente cierto es que ninguno de los sindicatos hasta ahora ha podido dar respuesta cabal a las necesidades del trabajador de correos, ni siquiera del estamento que representan, ya que señales equívocas entregadas por todos los que ocupan cargos de dirigentes, unos más otros menos han hecho que exista esta suerte de desconfianza y falta de credibilidad en la real eficacia de su gestión ante las autoridades de la empresa.
Hoy vemos con preocupación como algunos sindicatos han utilizado el precioso tiempo de que disponen solo para sacarle socios al Sindicato Nacional, no mostrando ningún otro logro o conquista real para sus asociados durante los últimos diez meses recién pasados. Ello demuestra una total incapacidad de gestión y reafirma lo que mantenemos, que es el Sindicato Nacional el cual ha hecho el gasto y el esfuerzo en materia de negociaciones y proyectos, y como en este período ha estado un tanto ausente dicha gestión nada sustancial se ha hecho a nivel sindical en este período.
También demuestra la pobreza y mediocridad del medio, en donde brillan los personajes sin capacidad de crear nuevas instancias de logro para los trabajadores, que tal parece solo existen para ocupar un cargo y usufructuar de sus beneficios. Por otros lado, tenemos de contraparte en la Empresa una clase gerencial preparada y dispuesta a sacar su tarea adelante, como es rentabilizar la empresa mostrando cifras azules delante del gobierno. Es allí donde debemos demostrar nuestra capacidad de gestión logrando arrancar a esos logros ese cachito que vaya en beneficio del trabajador de correos, ese que permita mejorar los beneficios o el entorno laboral en que nos desenvolvemos diariamente.
Por ello tenemos confianza en que la lucha que hemos mantenido durante todo este tiempo dará sus frutos el próximo 24 de octubre, y sea quien sea que resulte electo en esta confrontación contará con todo nuestro apoyo y confianza, porque necesitamos, como lo hemos dicho y repetido, recuperar nuestra organización y devolverla al sitial que le corresponde, a la cabeza del movimiento sindical al interior de correos.
